La actitud lo es todo, establecer metas y objetivos, y así por el estilo vamos encadenando todos los detalles para poder alcanzar ese anhelado sueño o ideal que nos trazamos.
En algunas ocasiones muchas cosas pasan frente a nuestros ojos y si reflexionamos nos podemos dar cuenta de interesantes detalles.
Me gustan las historias, aprender de ellas y por supuesto compartirlas, aprovecharé el medio para contarles sobre aquel niño que vendía periódicos.
Hace unos años trabajaba en una franquicia de Helados en República Dominicana (Baskin Robbins), es un helado delicioso y prestigioso a nivel mundial el cual se caracteriza por ofrecerte 31 sabores y un sabor nuevo cada mes. Una época memorable para mi, pues entendía que todo aquel que iba a comprar un helado, junto a él se llevaba una experiencia de satisfacción y felicidad al cumplir satisfacer el deseo de su paladar.
En aquella época no existia la tecnologia de hoy, era común ver vendedores ambulantes de periódicos, regularmente estos tenían paradas o rutas definidas con incluso algunos clientes "fijos" que lo esperaban para poder enterarse de lo que este medio ofrecía.
Las tardes no eran la excepción ya que la edición vespertina de los diarios eran esperadas por sus clientes, un vendedor muy especial de las tardes, era un niño de aproximadamente 14 o 15 años , de una estatura alta para un niño de su edad, de tez morena, pelo muy corto y de aparente escasos recursos deduciendo por su vestimenta la cual repetía con frecuencia en la semana.
Todas las tardes a traves del cristal de la heladería lo podíamos ver al otro lado de la calle caminando con sus periódicos debajo del brazo con el fin de regresar a su hogar con la venta del día, De vez en cuando, el niño nos visitaba a la heladería, miraba el mostrador de los helados y con educación y algo de vergüenza nos pedía que le dieramos una prueba de algún sabor en una pequeña cuchara. Agradecía y se marchaba. Lo hizo muchas veces, mis compañeros y yo, ya lo conocíamos y llego a ocurrir que al entrar el, ya la cuchara estuviera servida, era de aquellas personas agradables de verlos, pues irradiaban pureza y gentileza. Siempre agradecía y se marchaba.
Una tarde de un domingo, día que no laboraba el niño que vendía periódicos, este día de la semana no habia edición vespertina, nos dio la sorpresa de visitar la heladería, mi compañera y yo nos miramos sorprendidos y a la vez contentos de verlo, en esta ocasión el niño lucia diferente, tenía una radiante camisa blanca, un pantalón de tela color negro bien planchado y unos zapatos bien lustrados, los cuales hacían armonía en su totalidad, definitivamente estaba impecable, pero en esta oportunidad solicito que por favor le sirvieran un helado en un cono.
Mi compañera lucia asombrada, el costo de ese helado representaba definitivamente un gasto relevante para el niño, a lo que ella se ofreció a regalárselo, para nosotros no representaba nada, ya que diariamente nos daban un consumo como beneficio de empleado, pero el niño declino el obsequio manifestando:
"Muchas gracias, pero esta vez lo voy a comprar".
"Muchas gracias, pero esta vez lo voy a comprar".
El niño al recibir el helado nos regalo una sonrisa, saboreo el helado, sonrió nuevamente y se despidio, nuevamente nos miramos conteniendo el llanto conmovidos por lo que vimos, empezamos a reflexionar sobre lo acontecido.
Definitivamente el niño no solo nos regalo una sonrisa, también nos obsequió un aprendizaje, y es que el estaba cumpliendo una meta que el se había trazado, no quería atajos, ni permitió que alguien arrebatara la satisfacción de conseguirla por el mismo.
Su actitud y su perseverancia fueron determinantes.
Muchas veces lo recuerdo y a veces me pregunto quién será el día de hoy, cierro los ojos y quiero pensar que es una buena persona que está impactando vidas positivamente, aunque el no lo sabe, impacto muy bien la mía.
Y tu eres perseverante?